dijous, 16 de maig del 2013

¿Por qué si toco la antena capto mejor la señal y se escucha mejor?


¿Por qué si toco la antena capto mejor la señal?



Esta es una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez. Tocamos una antena y de repente la televisión se ve mejor o la radio deja de tener ese molesto ruido de fondo.

Para entender este superpoder que nos confiere la física debemos entender primero que son las señales que recibimos y como funciona el mecanismo para recibir dichas señales.

La señal de televisión o de radio que nosotros captamos son ondas electromagnéticas (como los rayos X de las radiografías) pero con muchísima menos energía. Estas ondas se transmiten a través de la atmósfera a la velocidad de la luz en el aire y son lo que nosotros intentaremos captar. Una propiedad de las ondas electromagnéticas es que si se encuentran una partícula cargada en su camino pueden ejercer una fuerza sobre ella.

Por otro lado, una antena no es más que un filamento/estructura metálica. Su composición metálica hace que sean buenas conductoras de la electricidad y por lo tanto que tengan muchos electrones libres. Cuando una onda electromagnética pase por la antena hará una fuerza sobre esos electrones y aparecerá una corriente eléctrica en la estructura (recordemos que la electricidad no es más que un flujo de electrones) y el aparato la detectará. Interpretando como varia este voltaje con el tiempo nuestro aparato traducirá esa información a ondas sonoras/imágenes que nosotros podremos recibir.

Es necesario decir que las antenas ya se diseñan para recibir ciertas ondas electromagnética sen función de lo que llamamos longitud de onda, que no es más que la distancia entre dos puntos iguales de la onda consecutivos, como se observa en la siguiente imagen:




Si no hubiese este sesgo de longitudes de onda y nuestras antenas captaran todas las ondas electromagnéticas del ambiente sería imposible obtener una imagen coherente. Toca tener en cuenta que incluso la corriente de casa induce un campo electromagnético, así que todas esas influencias las hemos de desechar.

Y una vez expuesto todo esto, ¿a que viene que si toco la antena mejora la señal?

Nuestro cuerpo, aunque en menor medida que una antena, también es conductor. Así, aunque gran parte de la señal no tiene efecto sobre nuestros electrones sí que les produce un pequeño vaivén. Al tocar la antena aportamos un poco de corriente extra provocada por la misma onda que ya está recibiendo, las señales se suman y el aparato recibe más claramente la información.

Parece magia, ¡pero no! Espero que haya quedado clara un poco lo que sería la base de este hecho tan cotidiano.


También pasa que a veces solo con acercarnos a la antena la señal mejora. La explicación a este otro fenómeno es más compleja, pero si resumiéramos su base en un párrafo diría lo siguiente:

Nuestro cuerpo tiene las dimensiones adecuadas para que la onda se vea afectada por nuestra presencia. Entonces, al actuar de obstáculo crearemos interferencias (por la difracción de la onda) y a la vez actuaremos de emisor. En función de nuestra posición y como interferimos con las señales que llegan a la radio el resultado puede variar abarcando desde una mejora sustancial de la señal (reforzamos la señal) hasta volverla peor (destruimos o distorsionamos la señal).

Como curiosidad final, ¿habéis visto la nieve que sale cuando tu televisor no está bien conectado o no recibe bien la señal? Pues parte de ese ruido es lo que queda de la radiación electromagnética originada por el Big Bang. Esto significa que has visto por televisión en vivo y en directo una prueba de la existencia de esa expansión inicial del universo. Espectacular, ¿no?